28/jun/2008
Parpadear es una tortura, pensar que pasaré una milésima de segundo sin observar ese lunar a pocos milímetros de tu boca, desear que cada paso que das al alejarte sea uno de riversa hacia mis tobillos, pensar que el amarte tanto no es asunto de tornillos, conocer la inmensa duda que regalas cuando me tocas. Tanta belleza en tan solo una ausencia de visión, tan simple es el deseo, tan dulce es el recelo, te siento tan cerca que opacas mi intuición. Esa magna presencia de tu escultural espalda, esa boca que psiquicamente se escabuye en mi falda, condenada figura, condenada fragancia, ¿perdonarán los motivos de tu gran importancia?. Sádico es aquél que no cree en nosotros, que envidia este amor que posiblemente desconocen, infelices los que rezan por destruirnos, ignorantes las que piensan estar contigo. Conoces de mí lo necesario, de mis largos días, de mis firmes fechas, te entrego a tí mi completo calendario. En este momento deduzco que te amo, no por los besos que me has brindado, sinó por aquellos que no me has dado, no por esas horas eternas observandote, sinó por esa milésima de segundo anhelandote. Parpadear es una tortura, quizas no sea una acción completamente pura, pero... Cómo me encanta vivir en tu locura!
NmRizik*
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