domingo, 19 de julio de 2009

|La muerte y la vida, cosa Relativa|





La muerte regularmente atrae sentimientos obscuros, empezando por la pena, el arrepentimiento, la culpa, el odio, el rencor, el miedo y el dolor. No creo en las muertes esperadas ni tampoco en aquellas muertes “no naturales”, esta palabra, este sentido, se va mas alla de los limites humanos. Muchas personas planean su muerte, otros la provocan, algunos quizás la ignoran, pero nunca ha dejado de ser una sorpresa, nunca ha dejado de doler. Al final ¿Qué cuenta? Podrían ser los momentos vividos, quizás aquellos que no pudieron realizarse, tal vez la compañía al morir o puede importar mas la compañía al vivir. En realidad es un asunto personal, pero creo que lo mas importante es vivir bajo el concepto de tu propio criterio, es tomar cada aliento y acelerarlo hasta un punto en el que cada respiro sea un sorbo de adrenalina, un poco de euforia, una especie de felicidad momentánea, seria hermoso que cada respiro sea una dosis de alegria. Pero es aquí donde puede que muchos piensen que he perdido la cordura, pues, ¿acaso no he dicho todos los aspectos negativos de la muerte? ¿Cómo sabiendo todo lo que conlleva el final podre ser feliz cada respiro de mi vida? Y es aquí donde hace su entrada triunfal mi teoría de la relatividad de la felicidad y lo esporádico de la alegría. Un momento triste siempre puede verse desde un punto de vista positivo, y la existencia de esta ley de vida no se presta a dudas, el único problema es que este lado positivo, esta mitad alegre de la cruel realidad, muchos la vemos como ingenua, ridícula y algo irrespetuosa. Digo ingenua porque muchos no saben tapar el sol con un dedo cuando tu mente y alma lo necesita, ridícula, pues no es lo normal, no es lo que se “supone correcto”, e irrespetuosa, pues estos momentos tristes o trágicos, llevan una debida actitud de serenidad y respeto que fue impuesta por el mismo hombre, para mantener la solemnidad del asunto. Pero esta “solemnidad” “respeto” y “serenidad” tan solo mantienen un silencio, un espacio de tranquilidad que muchos creen que es paz, pero que en realidad es un tiempo para alimentar el vacio de tragedia. La vida se aleja de estos sentimientos, la vida quiere que seas feliz, la vida no quiere dinero, la vida no quiere amor tampoco, pues hay personas que no están hechas para eso, la vida quiere pasión. La pasión como concepto se ha perdido en el ámbito del amor y la lujuria, han disfrazado lo que en realidad es mas simple que el amor mismo. La pasión se concentra en los hechos, y los hechos son las evidencias que tenemos de que hemos vivido. Existe pasión por el amor, pasión por la familia, pasión por el trabajo, por los lugares, por la naturaleza, por la justicia y muchas otras pasiones que cada ser humano adopta como suya. No debemos juzgar la elección del otro porque esta sea diferente, no debemos suponer que va con nuestros principios, pues al final los principios se quedan en la mente, la pasión se queda en el alma. Asi que de la vida toma lo que puedas, porque de la muerte no aprenderas, de tu muerte enseniaras a tus seres queridos la importancia de la vida misma. Es entonces cuando prefiero que mis lagrimas sean por discutir algo que me apasiona y no por la tristeza de un asunto. Pues si agua y sales saldrán por mi cuerpo, quiero que estén bien justificadas.


NmRizik*

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